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Historias de Entre Rios
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Libro I
Capítulo 13

Brasil

 

 

El escritor y crítico francés Rémy de Gourmont (1858-1915) quien fuera uno de los principales exponentes del simbolismo, dijo que "cuando un error entra en el dominio público ya no sale nunca más de él; las opiniones se trasmiten hereditariamente y al final eso se convierte en la Historia." Dentro de este contexto, podemos afirmar que la Historia ha sido muy injusta con Portugal.

El castillo portugués del promontorio de Sagres, muy cerca del cabo San Vicente, significó para la navegación oceánica en el siglo XV, el equivalente a la NASA durante la carrera espacial del siglo XX.

La revolución industrial no hubiera sido posible sin el oro y la plata de América, que repuso con creces la falta de circulante en Europa. Sin la navegación oceánica tampoco hubieran sido posibles las conquistas internacionales de territorios coloniales, ni el transporte que abastecería desde todo el mundo las materias primas necesarias para el desarrollo industrial europeo (1) . La carbela inventada en Sagres en 1440, fue el Sputnik de la navegación oceánica que todos los países y reinos europeos copiaron para dominar casi todo el resto del mundo.

  Secretos, diplomacia y errores históricos

Portugal era un reino pequeño y debía proteger sus nuevos conocimientos de Castilla y otros reinos poderosos de Europa, practicando la política del monopolio y la exclusividad de los descubrimientos, que se mantenían tan secretos como fuera posible. Por razones de seguridad nacional, los descubrimientos se hicieron con el más grande sigilo (2). El rey Alfonso V llegó al extremo de promulgar un decreto por el que se ordenaba que todo navío que se viajase más allá de las islas Canarias, fuese confiscado y sus tripulantes arrojados al mar para que no pudiesen divulgar datos sobre las tierras descubiertas.

Los portugueses sólo hacían públicos sus descubrimientos después de tener garantías jurídicas de propiedad, tales como un acuerdo con Castilla, una Bula del Papa o ambos.

En gran contraste con Portugal, el reino de Castilla no tenía ninguna política, ni estrategia, ni planes específicos para sus descubrimientos oceánicos. Iba haciendo camino al andar. Cada vez que producía un nuevo descubrimiento se ventilaba a los cuatro vientos haciendo enorme alharaca, como si de verdad hubieran sido los primeros.

Casi todos los famosos marinos de todas las nacionalidades que navegaron para Castilla, fueron formados en Portugal. Es el caso de Colón, Américo Vespucio, Solís, Magallanes y tantos otros. La historia oficial les sigue reconociendo descubrimientos bajo bandera castellana a todos ellos. Lo correcto sería decir que Catilla hizo pública la existencia de lugares desconocidos por la sociedad europea, conocimiento que frecuentemente Portugal había mantenido en secreto hasta ese entonces.

Tordesillas Los diplomáticos castellanos no veían muy claro por qué hasta el año 1494 en Tordesillas, el monarca portugués estuvo exigiendo que línea divisoria del mundo establecida por la bula del Papa, cambiara los territorios concedidos a Portugal de cien leguas a trescientas setenta leguas al Oeste de las islas del Cabo Verde. Hoy sabemos que ese cambio les concedía una buena parte del actual territorio de Brasil a los portugueses. A cien leguas, hubieran recibido en propiedad solamente agua del Océano Atlántico. ¿Desde cuándo lo sabían los portugueses? Hasta entonces, Portugal no había declarado ninguna expedición a esas tierras.

A la vuelta de su primer viaje, Colón llegó a Lisboa el 4 de marzo de 1493 y João II se enteró de los resultados de esa expedición. El monarca portugués comenzó a reclamar que esas nuevas tierras eran suyas en función del tratado de Alcaçobas, lo que generó una gran polémica con Castilla. Para evitar la guerra entre los dos reinos cristianos, el papa Alejandro VI rápidamente firmó el 3 de Mayo de 1493 la Bula Intercaetera. Conocidos los detalles, los portugueses comenzaron con el reclamo de extender la distancia concedida por el Papa. El tratado de Tordesillas se firmó el 7 de Junio de 1494. Todo esto se hizo en un tiempo récord, teniendo en cuenta las velocidades de comunicación y de transportes de aquella época.

Colón había empezado a armar su expedición en la pequeña villa de Palos el 23 de mayo de 1492, y regresó a Lisboa nueve meses después. Todo ese tiempo le llevó organizar el viaje, ir hasta el Caribe, explorar y volver. Aunque los portugueses fueran más eficientes, entre la llegada de Colón y el comienzo de las negociaciones que concluyeron con el tratado de Tordesillas, no tuvieron tiempo material para adquirir un conocimiento tan detallado de aquellas tierras. Sin embargo estaban dispuestos a ir a la guerra con Castilla si no le concedían las 370 famosas leguas.

Medio siglo antes del primer viaje de Colón, los portugueses ya tenían los medios para navegar ida y vuelta hasta América. También son conocidas las razones del reino de Portugal para mantener sus descubrimientos en secreto. No tuvieron tiempo material para adquirir nuevos conocimientos geográficos entre el primer viaje de Colón y el comienzo de sus reclamos. Las exigencias del reino de Portugal en Tordesillas, son la evidencia concreta que ellos habían llegado a América antes que Colón.

El descubrimiento oficial de Brasil lo hizo Pedro Alvarez Cabral en el año 1500. Partió con la flota más grande que hasta ese entonces había zarpado de Portugal, con destino oficial a la India. Cuando estaban bordeando África, impulsadas por el viento y corrientes contrarias, las naves se desviaron y llegaron a Brasil accidentalmente. Ya que estaban allí con tanta gente, entonces lo poblaron. Era la primera vez que una flota portuguesa se extraviaba de semejante manera. Así de absurda es esta historia.

Al mando de marinos de grandes conocimientos náuticos, una armada de trece naves no podía extraviarse toda junta de un modo tan grotesco. Solodonio Leite, en su libro "O descubrimiento do Brasil" (3) publicado en 1921, decía claramente que los marinos portugueses eran incapaces de cometer un error semejante. Enrique de Gandía en su libro "Antecedentes Diplomáticos" (4) publicado en 1935, al referirse a esa equivocacion, decía que "esta teoría ya no encuentra sostenedores serios".

El rey Don Manuel de Portugal, el 29 de julio de 1501 le escribió a los Reyes Católicos, dándoles a conocer lo ocurrido durante el viaje de Cabral en los siguientes términos:
"El dicho mi capitán con trece naos partió de Lisboa a nueve de marzo del año pasado. En las octavas de la pascua siguiente llegó a una tierra que nuevamente descubrió, a la cual puso el nombre de Santa Cruz..." (5)

Al decir "nuevamente descubrió" el rey portugués no quería decir que lo había descubierto por segunda vez (6) sino que le informaba a Castilla en términos diplomáticos que Portugal reconocía oficialmente haber descubierto esas tierras, aunque en la corte castellana ya supieran extraoficialmente que estaban descubiertas desde mucho antes. Don Manuel les presentaba entonces un hecho consumado. Si desde el principio los portugueses hubieran hecho público que Cabral estaba organizando una expedición a las costas americanas, Castilla lo habría evitado con toda clase de presiones diplomáticas, como ocurrió en muchas otras ocasiones similares de aquella época.

Sin embargo, podemos consultar cualquier enciclopedia actual y nos vamos a encontrar con que Brasil fue descubierto por Cabral el 21 de abril del año 1500. Eso es lo que todavía le enseñan a los niños en todas las escuelas brasileñas. Es un buen ejemplo de la diferencia entre la historia que nos cuentan y el pasado verdadero.

Así podemos valorar la frase de Napoleón en toda su magnitud: "¿Qué es la historia, sino una fábula consensuada?". En otras palabras, la historia es nada más un cuento que casi toda la gente ha estado creyendo que es cierto, sin analizarlo y a fuerza de repetirlo.

  La colonización Portuguesa

Cuando los portugueses llegaron para poblar la costa marítima tuvieron mucha suerte, porque la población nativa pertenecía a los Tupí Guaraníes, que eran los menos belicosos de toda la costa Atlántica. Recién en 1570 la corona portuguesa publicó una ley prohibiendo la esclavitud de la población original. Durante los primeros setenta años de colonización, oficialmente fueron la mano de obra esclava de quienes se consideraban los nuevos propietarios de esas tierras.

Los habitantes nativos practicaban la agricultura quemando un claro en la selva. Cuando la tierra se agotaba, quemaban otra porción y así iban moviendo sus cultivos. Los nuevos dueños de la región adoptaron el mismo sistema y se habituaron a los mismos frutos de la tierra: poroto, maíz, zapallo y sobre todo la harina de mandioca.

Para la población nativa, la llegada de los portugueses resultó una verdadera catástrofe. Hace cinco siglos eran muchos millones de personas y hoy sólo sobreviven unos 350.000 en completo estado de pobreza. Fueron sometidos a una violencia cultural, epidemias y muertes prematuras por exceso de trabajo. A medida que exterminaban la población de la costa, los colonizadores organizaban partidas de caza de esclavos cada vez más adentro del territorio. Estas incursiones duraron muchos siglos, a pesar de la prohibición de 1570.

Cuando Cabral estaba en plena preparación de su flota, en Julio de 1499 llegó a Portugal Vasco da Gama con sus barcos repletos de especias y mercaderías orientales. Era el primer viaje que hacían rodeando el continente Africano. El Papa les había concedido la exclusividad de esa ruta al Oriente y Portugal se convertiría en el reino más próspero de Europa.

Dentro de ese marco del año 1500 y posteriores, “las islas Brasil” eran una pobre conquista para los portugueses. La alta nobleza y la gente importante del reino no participaron de la colonización. El nombre de “Brasil” comenzó a circular en 1503, porque la principal riqueza de los primeros tiempos era la explotación del palo brasil, que es un árbol del cual se extraía una tintura roja que se utilizaba en Europa para teñir los paños de las hilanderías.

Los árboles de palo brasil no crecían juntos. Cuando se empezaban a agotar los árboles dispersos en la costa, tuvieron que introducirse cada vez más adentro del territorio para encontrarlo. Hasta 1535 constituyó el negocio más importante en la nueva colonia. Los esclavos nativos estaban bien acostumbrados al trabajo colectivo y eran muy eficaces en el derribamiento de árboles.

En 1530 y por tres años, Martín Alfonso de Souza hizo una expedición que fue el comienzo de un nuevo período colonial. Brasil fue dividido en quince partes separadas desde la costa por líneas paralelas al ecuador. Se llamaron Capitanías y tenían por fondo a la Línea de Tordesillas, que estaba a 370 leguas hacia el Oeste contando desde las Islas Azores. Como en aquella época y por muchos años no se podían medir las distancias Este-Oeste, el límite real de esos territorios tierra adentro quedaba a gusto y placer, hasta donde los podían usar.

Los quince “donatarios” recibieron el derecho de explotación de esas tierras, pero no su propiedad. No las podían vender ni dividir. No eran heredables y el rey se las podía quitar cuando quisiera. Pero tenían el poder absoluto para gobernar cada uno de esos territorios, aplicar justicia, organizar la defensa y fundar poblaciones.

Se instalaron ingenios azucareros y grandes plantaciones de caña que pagaban sus impuestos al “donatario”, quien a su vez pagaba su parte al rey. Lo mismo ocurría con la explotación del palo brasil, la exportación de sal, explotación de minas y comercialización de piedras preciosas. Así de simple era la administración portuguesa en Brasil.

Dentro de estas quince Capitanías, el “donatario” también podía conceder sesmerios, que eran enormes extensiones de tierra que fueron el origen legal de los numerosos latifundios brasileros.

Exceptuando las Capitanías de Pernambuco y San Vicente, todas las demás fracasaron por inexperiencia, falta de recursos, falta de colonos o falta de defensa para los ataques de las poblaciones nativas. Para 1754 las Capitanías pasaron del dominio privado a la administración estatal de la corona.


 

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(1) 

Stanley J. Stein y Barbara H. Stein, "Plata, Comercio y Guerra. España y América en la formación de la Europa Moderna", Editorial Crítica, Barcelona, 2000 [Volver al Texto]

(2) 

Cf. Jaime Cortesao, "Do sigilo nacional sobre os descobrimioentos", Revista Lucitana, Lisboa, fasc I.
Besaude, "L'astronomie nautique au Portugal a l'epoque des grandes decouvertes" p. 202, Berna, 1912.
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(3) 

Cf. Solidonio Leite, "O descubrimiento do Brasil, Hespanhoes e Portugueses", Río de Janeiro, 1921 [Volver al Texto]

(4) 

Enrique de Gandía, "Antecedentes diplomáticos de las expediciones de Juan Diaz de Solís, Sebastián Gaboto y Don Pedro de Mendoza", Buenos Aires, 1935, CABAUT y Cia Editores, Librería del Colegio, Alsina y Bolívar. [Volver al Texto]

(5) 

Martín Fernandez de Navarrete, Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del sigo XV, Tomo III, Pág. 95 [Volver al Texto]

(6) 

Enrique de Gandía,obra citada, Pág. 14 [Volver al Texto]

(7) 

La edad de oro de Portugal culminaría con el reinado de Manuel I (1495 - 1512) a quien con justicia se lo llamó "El Afortunado". [Volver al Texto]